Mala praxis médica y peritonitis


El peritoneo es el tejido o membrana que recubre la parte interior el abdomen y algunos órganos, como son el estómago, intestino, colón… Su finalidad principal es servir de sostén a estos y facilitar su conexión con los vasos sanguíneos.

peritonitis

Por tanto, teniendo en cuenta que el sufijo “-itis” hace referencia a inflamación, cuando empleamos el termino peritonitis, no estamos refiriendo a la inflamación del peritoneo.

 

Causas de la peritonitis

Respecto a las causas que pueden ocasionar una peritonitis, la inmensa mayoría de las ocasiones, será a consecuencia de un proceso infeccioso. Aunque también puede tener su origen en traumatismo a nivel abdominal, ruptura del apéndice, perforación intestinal, rotura de divertículos e infecciones postquirúrgicas…

La peritonitis es una enfermedad potencialmente grave y potencialmente mortal, sobre todo en función de la causa que la haya generado. Cuando estamos ante una peritonitis de tipo infeccioso, su tratamiento suele consistir en administración de antibióticos y la realización de una cirugía urgente (especialmente en aquellos casos en los que la misma deriva de una  perforación intestinal, rotura del apéndice…).

En estos casos si no se recibe el tratamiento indicado, la infección puede diseminarse por el resto del organismo en cuestión de pocas horas, dando lugar a un shock séptico que lleve al fallecimiento del paciente.

 

Peritonitis y negligencias médicas

Sin duda la asistencia sanitaria relacionada con casos de peritonitis da lugar a un importante número de reclamaciones por negligencia médica.  Entre ellas las más relevantes son:

  • Apendicitis no diagnosticadas. Es un caso tipo aquel en el que fruto de una deficiente exploración (normalmente acompañada de la omisión de pruebas diagnósticas indicadas) conduce al error o retraso diagnóstico de un proceso de apendicitis, y como consecuencia, a que el mismo se rompa y ocasione una peritonitis.
  • Perforación de víscera hueca. Al igual que en el caso de las apendicitis, son habituales los casos en los que fruto de una insuficiente exploración física, y la omisión (o incorrecta interpretación de pruebas diagnósticas como analíticas, radiografías…) dan lugar a que está gravísima patología no sea diagnosticada permitiendo su evolución hacía una peritonitis.
  • Infección postquirúrgica. El tercero de los casos mas habituales, suele venir dado tras procesos quirúrgicos, y especialmente, aquellos en los que se produce una resección de parte de los intestinos, que obliga tras la misma a la anastomosis de los cabos que, en algunos casos, puede sufrir una dehiscencia de la sutura que dé lugar a la salida hacía el peritoneo del contenido intestinal. El control exhaustivo del paciente y de su clínica en postoperatorio es clave, para en su caso, diagnosticar y tratar el cuadro.   
  • Colonoscopias. Durante la realización de una colonoscopia, sobre todo cuando se lleva a cabo una resección de un pólipo, también puede producirse una perforación intestinal y, por consiguiente, una peritonitis. La perforación que en su caso pudiera dar lugar a la peritonitis, no necesariamente debe considerarse una mala praxis. Lo que si podría serlo, es que ante una determinada clínica (dolor abdominal intenso, fiebre…) en el contexto de un paciente sometido a una colonoscopia no se realicen las pruebas y exploraciones protocolizadas, dando lugar a un retraso en el diagnóstico y tratamiento.

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