Como hemos comentado en otras entradas de nuestro blog, las negligencias médicas suponen una de las causas más importantes de fallecimiento en los países desarrollados. Tanto es así que, en Estados Unidos, existen estudios que apuntan a que las negligencias médicas son la tercera causa de muerte, solo por detrás de las enfermedades cardiacas y oncológicas. Nada menos que 250.000 personas por año se estima que mueren solo en USA como consecuencia de errores médicos.
En España, por desgracia no existen estudios similares, por lo que los únicos recursos de los que disponemos para tener una cifra orientativa sobre el numero de muertes por negligencia médica que se producen son ofrecidos por las asociaciones de víctimas de negligencias médicas (como ADEPA o AVINESA), o también los datos ofrecidos por los abogados negligencias médicas.
Sin duda la solución a esta alarmante situación pasa por una mayor inversión en sanidad, así como el establecimiento de programas formación continuada para los profesionales sanitarios en la prevención de las negligencias médicas.
Sin embargo, la trayectoria seguida en los últimos años, parece justo la contraria. En lugar de dotar de mayores recursos al sistema público sanitario, éste se encuentra cada vez más mermado tanto en inversiones como en profesionales.
Una segunda opción, evidentemente menos deseable, pasa por el hecho de que, una vez producida la negligencia, las víctimas o sus familiares no se aquieten y, ya sea en forma de una queja ante el órgano competente, o bien iniciando un procedimiento judicial, reclamen por ello. De ese modo, además de obtener la indemnización que corresponda por la negligencia sufrida, las diversas administraciones se verán obligadas a dotar de mayores medios al sistema público sanitario, pues aun cuando las indemnizaciones serán abonadas por compañías aseguradas (cuando se dispone de ellas, porque existen varias comunidades autónomas que no encuentran compañías dispuestas a asegurarlas) las primas se elevaran, y las Administraciones no tendrán más remedio que tomar medidas para evitarlo.
Como ejemplo podemos citar un caso que tuvo lugar en el Hospital Universitario Infanta Cristina de Parla al que puede acceder haciendo clic aquí. Fruto de la condena por homicidio imprudente lograda por nuestro despacho, se modificó el formato de los envases de suero con el objeto de que la confusión que causó la muerte de la paciente no volviera a producirse (y lo cierto es que tras ello no tenemos constancia de que se haya vuelto a producir una caso similar).